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Querido Alberto: tus compañeros de la Junta de Gobierno de la Sociedad Protectora de la Balesquida estamos de luto por tu ausencia. Acabas de irte y ya te echamos de menos. Nos has dejado huérfanos de tu imprescindible ayuda para todo aquello en lo que eras Maestro con «mayúscula»: colaboraciones de prensa, relaciones sociales, consejos de amigo , etc. y por encima de todo tu compañerismo y cariño. Siempre fuiste muy modesto en tu trabajo y nunca te gustaron los halagos, que rechazabas abiertamente. Y eso es digno de resaltar.
Todos tus compañeros, desde la sede de la Sociedad Protectora de la Balesquida te tendremos en cuenta y procuraremos aprender de tus enseñanzas, para que nuestra querida SOCIEDAD PROTECTORA siga haciendo su trabajo teniéndote siempre como ejemplo del buen Maestro que fuiste para todos nosotros.