MONASTERIO DE LAS PELAYAS

Si alguna institución ovetense merece figurar en la sección de “Oviedo en la solapa”, sin duda se lleva la palma la comunidad de monjas bajo la regla de San Benito, famosas por sus sobresalientes interpretaciones del canto gregoriano. Al caer la tarde, por nada del mundo se lo pierdan, vayan a su iglesia y en la penumbra del templo, con la mayor humildad, escuchen la voz de Dios en los cantos de vísperas que ellas entonan. No se sorprendan porque, de inmediato, la emoción se adueñará de sus sentimientos. Aunque no disponemos espacio para glosar sus méritos, sí podemos decir que, según la tradición, el monasterio de San Pelayo fue fundado por Alfonso II el Casto. En el año 965 fueron trasladados, desde León, los restos del niño mártir San Pelayo víctima del emir de Córdoba Abd Al-Rahman III, consiguiendo desplazar al antiguo nombre de San Juan. La imagen corresponde al Monasterio de San Pelayo, fachada de la Vicaría.