Arena de fregar. Oviedo en la solapa.

 

 

 

 

 

Seguramente muchos ovetenses recuerdan cuando se utilizaba en las viviendas arena como abrasivo para limpiar las chapas de las cocinas de carbón, las mesas de madera que solían estar en los lugares destinados a los guisos, o incluso los suelos y escaleras de la misma materia. Por entonces, era habitual que las tiendas de ultramarinos vendiesen bolsas de arena para usos domésticos.

En Oviedo existe un nivel arenoso conocido como “Formación La Argañosa” denominación tomada de este lugar donde existieron buenas exposiciones del mismo (ver aspecto de las arenas en La Ería). Está compuesto por unos 40 metros de arenas de color blanquecino a amarillento, con niveles de cantos de tonalidad anaranjada e intercalaciones de arcillas.

Uno de las zonas donde se practicó un notable beneficio de arena se encuentra en las inmediaciones del actual estadio del Real Oviedo, cuyas obras pusieron al descubierto en el talud sureste una entrada –por la que podían circular camiones– correspondiente al acceso de la red laberíntica que horada gran parte del subsuelo de este barrio.

Otro ámbito donde se explotó con intensidad este nivel detrítico de manera subterránea fue el comprendido entre la antigua carretera de Galicia y el entorno de la capilla del Cristo. Los nuevos depósitos del Campón –aún por inaugurar– supusieron todo un reto para ajustar la cimentación adecuada, pues se ubican sobre una denso entramado de galerías producidas para extraer la arena.

 

Un Oviedo en la solapa de Manuel Gutierrez Claverol, doctor en Geología y exdocente de la Universidad de Oviedo.

 

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Arena de fregar

Foto de Manuel Gutierrez Claverol, doctor en Geología y exdocente de la Universidad de Oviedo.