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Espectacular llegada a Oviedo del primer turismo
A finales del siglo XIX y principios del XX llegan estos vehículos a Asturias. En «Caminos y transportes de Asturias», encontramos la descripción, con todo género de detalles, del primero que hizo su entrada en Oviedo. ¡Todo un acontecimiento!
El vehículo llegó en tren en el verano de 1896. Era propiedad del luarqués D. Francisco Miranda G. Cernuda, persona que gozaba de gran estima en la villa marinera. Una vez en la capital asturiana, desfiló por las principales calles de la ciudad desde Uría hasta la Corrada del Obispo para que el prelado de la Diócesis, Fray Ramón Martínez Vigil, pudiera contemplarlo asomado al balcón desde donde lo bendijo.
Cumplido el requisito e invitado por el señor Miranda dio un «paseo» por la plaza, disfrutando de una nueva experiencia. Pero los ovetenses, con su habitual guasa, dudaban si el tal artilugio llegaría a su destino, a Luarca. Opinaban que sería más seguro enviarlo en tren a Gijón y de ahí, en barco, a la villa Blanca. Llegar, llegó y mejor de lo que se podría esperar. Todo una proeza porque se conducía a manivela, funcionaba con bencina, los frenos eran de zapata y marcha adelante y atrás. Durante el recorrido la expectación fue máxima y el ruido espantoso.
Fuente: «Caminos y viajeros de Asturias».
Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida.
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