ACCIDENTADA PROFESIÓN DE UNA NOVICIA

La tradición nos dice que el edificio más antiguo de Oviedo es el monasterio de San Pelayo y aunque nada hay seguro sobre su fundación, ésta se le atribuye al Rey Alfonso II el Casto en el año 797 con el nombre de San Juan Bautista y más tarde de San Pelayo porque en él se encuentran las reliquias del niño Pelayo martirizado en Córdoba y trasladado aquí en el año 994. Un monasterio tan antiguo guarda en su haber múltiples historias de la vida monástica, entre ellas una «toma de hábitos» tremendamente accidentada, que tuvo por escenario la capilla del monasterio.

Corría el año 1601, acababa de fallecer la Abadesa. El primer acto oficial de su sucesora es la profesión de una novicia. El Abad del vecino monasterio de San Vicente oficiaba la misa. Al imponer el velo a la novicia entra violentamente el juez mandado por el Obispo que «arremetiendo con alboroto, quitole la mitra y el báculo, haciendo éste pedazos y quedándose con él, que era de plata». Lamentable espectáculo entre el Juez, el Abad y los caballeros acompañantes del padre de la novicia discutiendo si los abades tenían o no privilegios papales para oficiar de Pontifical. El Abad se lamenta de su situación;  el Juez, obedece al Obispo y los monjes de San Vicente recurren a la Cancillería de Burgos alegando que el Papa concedió a los abades de los monasterios el privilegio de oficiar  de Pontifical. 

San Pelayo es el único monasterio benedictino de Asturias que conserva una comunidad religiosa sin interrupción desde el siglo 9 hasta hoy.

FUENTES:
Los asturianos y sus cosas» por  Carlos  Maria de Luis
La Nueva España «Una accidentada toma de hábitos»
Foto A. Passaporte Fototeca del Patrimonio Histórico