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Monthly: agosto 2022

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¿Cómo mitigó Oviedo la sed?

El subsuelo ovetense no dispone del agua suficiente para satisfacer las necesidades de una población en progresivo aumento, ello conllevó durante bastante tiempo una palmaria escasez de este recurso vital. Sinteticemos las cuatro etapas de los principales abastecimientos con las siguientes traídas: Granda de Anillo (siglo IX), Naranco (siglo XVI), Aramo (comienzos del siglo XX) y Nalón (hacia finales del siglo XX).

Trazado del acueducto de La Granda de Anillo.

Cuando el rey Alfonso II el Casto trasladó la corte a Oviedo se preocupó del problema hídrico, hecho recogido en su testamento (año 812), donde se menciona un acquae ductum. El citado acueducto real conducía las aguas que manan en el manantial de La Granda de Anillo ―en San Esteban de las Cruces, cerca del cementerio de San Salvador― hasta el primitivo núcleo urbano a través de arcaduces de alfarería. Se atribuye a su sucesor Alfonso III el Magno la construcción de la fuente de Foncalada ―aunque a tenor de las últimas investigaciones no se descarta un origen tardorromano―, monumento afamado por haber dado la vuelta al mundo en los libros de arte como modelo de arquitectura de utilidad pública.

La icónica fuente de La Foncalada a finales del siglo XIX.

Existe un vacío historiográfico entre la época descrita y el siglo XV, pero cabe sospechar que no hubo actuación alguna de relieve sobre el rudimentario sistema de suministro, que muy probablemente se basaba en algunos manantiales, cuyos caudales apenas serían suficientes para saciar las necesidades vitales e higiénicas de alrededor de sus mil moradores. En los Libros de Acuerdos del Ayuntamiento figuran numerosas sesiones dedicadas a manantiales, fuentes, lavaderos, albercas y encañados, lo que refleja el interés de los munícipes por esta acuciante problemática, aludiendo expresamente a los del Fontán, La Plaza, Cimadevilla, Granda de Anillo, Capitana, Fontica, Las Dueñas y Pando. El siglo XVI puede considerarse como de oro para el agua de Oviedo. En sesiones municipales, celebradas en 1537, se dictó una ordenanza para conducir hasta el centro de la ciudad agua procedente de manantiales ubicados en la vertiente meridional del Monte Naranco (Ules, Boo, Naranco y Fitoria). Las obras se desarrollaron entre 1568 y 1600, siendo el fontanero del reino Gonzalo de la Bárzana quien las finalizó.

Trazado de la traída del Naranco.

Para esta dispendiosa conducción fue necesario levantar un significativo acueducto (“Los Pilares”) de 390 m de longitud con 41 pilastras y sus correspondientes arcos de mampostería y sillería, costeado a base de sisas y arbitrios sobre la sidra y el vino. En la memoria de los carbayones queda el ingrato recuerdo de una decisión municipal en la que se ordenó el derribo de la bella estructura arqueada. Este acontecimiento fue condenado enérgicamente por la ciudadanía que logró retardar el derribo un decenio, momento en que se popularizó la expresión “bárbara piqueta municipal”. Su demolición comenzó en enero de 1915 y de tal tropelía solo se conservan cinco arcos testimoniales.

Los cinco arcos testimoniales del acueducto de Los Pilares.

La progresiva expansión demográfica al comienzo del siglo XX (unos 48.000 vecinos) motivó que se tuviesen que buscar recursos fuera del ámbito concejil. A partir de 1903 el agua de consumo es foránea, utilizándose manantiales de la falda de la sierra del Aramo, a través de una importante obra de ingeniería de unos 90 km, compuesta por una red que recoge las aguas de las fuentes de Llamo, Code, las Arrojinas, Fuentes Calientes y Cortes. Con la entrada en funcionamiento del nuevo túnel del Aramo, el 21 de julio de 1993, se acrecentaron las garantías contra las roturas en la conducción y se aseguró un surtido eficaz. A partir de entonces se produjo un cambio significativo, ya que la población no tuvo que soportar las frecuentes restricciones a las que estuvo sometida.

Desde el año 1982 Oviedo se proveyó también de agua del río Nalón (presa de Tanes), a través de Cadasa (Consorcio para el Abastecimiento de Agua de Asturias); sin embargo, esta solución tiende a ser cada vez me nos prioritario debido a su elevado coste.

Actualmente las posibilidades hídricas ovetenses son suficientes para abastecer a sus 217.500 habitantes y se almacenan en los depósitos del Picayón, El Cristo, Villaperi y Naranco. A estos cabe añadir los nuevos del Cristo de las Cadenas (con una capacidad de 75.000 metros cúbicos)

Una solapa de Manuel Gutiérrez Claverol, directivo de la Sociedad Protectora de La Balesquida.

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EL ARCO DE SAN ISIDORO

Lo podemos contemplar en el campo de San Francisco. Perteneció a la primitiva iglesia románica  de San Isidoro demolida a principios del siglo XX.
Estaba situada en el lugar que hoy ocupa la Plaza del Paraguas y era una de las 3 parroquias más antiguas de Oviedo, detrás de la de San Tirso y San Juan. El derribo se debió al paulatino deterioro en que fue quedando, después de que por decisión del obispado, se trasladase la parroquia al lugar actual, en el año 1770. A partir de aquí, la vieja iglesia que era la parroquia a la que pertenecía el Consistorio quedó abandonada a su suerte y utilizada para diferentes usos que nada tuvieron que ver con el culto. 


La actual iglesia del mismo nombre formó parte del conjunto del colegio de jesuitas de San Matías,  asentado en el mercado cubierto del Fontán. El paraguas, situado en el solar que ocupó la primitiva iglesia de San Isidoro se inauguró el día de San Mateo de 1930 con el objetivo de dar cobijo a la lecheras que vendían allí su mercancía. El diseño se debe al ingeniero Ildefonso Sánchez del Río y su ubicación corresponde a la calle de San Isidoro, ya que el nombre de Plaza del Paraguas con que popularmente la conocemos, no está reconocido como tal en el callejero ovetense.

FUENTE:
.-Carmen Ruiz Tilve. La Nueva España
.-Cosas de la Plaza del Paraguas.  La Nueva España,  18-V-2009
.-Plaza del Paraguas.  Enciclopedia de Oviedo 
.-El comercio 5-6-2011
.-Ana Maria Herrero  Montero: Archivo Municipal de Oviedo. Sanisidoroelreal.es-parroquia 

Imágenes:
.-El arco de San Isidoro de Oviedo. La destrucción del patrimonio monumental ovetense en el primer tercio del siglo XX. Parte I. Ana María Herrero Montero. Archivo Municipal de Oviedo.
.-Desmonte de la Iglesia de San Isidoro. 1922. AMO, Colección Armán. P0114.
.-Desmonte de la Iglesia de San Isidoro. 1922. Biblioteca de Asturias. Fondo Canella. Depósito de la familia Tolivar Alas.



Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida.

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COMER ANTAÑO: CASA MODESTA. Oviedo

Desde tiempo atrás Oviedo tuvo fama de tener bares, cafés, restaurante y sidrerías con solera y su importancia en la vida pública hizo que la fama de algunos traspasase los límites de la ciudad. Uno de estos míticos establecimientos fue el restaurante Casa Modesta, sito en la calle Jovellanos (hoy panadería  Santumedé). 

Casa Modesta se funda en febrero de 1924. Se abrió como sidrería  pero pronto se convirtió en un afamado restaurante de comida tradicional, hasta el punto de que tenía fama de ofrecer «la comida más casera de la ciudad». La fundadora fue Dña. Modesta Norniella Garcia que gozó siempre de una merecida fama como cocinera. Aunque cualquier plato era exquisito, la especialidad de la casa era la fabada, cuya ración en 1930, costaba 1,50 pesetas. A degustarla pasaron por el local personajes importante de cada época: políticos, artistas, toreros y cantantes de ópera, así como los ovetenses de a pie. Se decía que su cocina era la más económica de la ciudad. El tenor italiano Raimondi  fue una noche a cenar fabada y hasta cantó algunas arias de ópera una vez cerrado el establecimiento. No sólo tenía fama en Oviedo y Asturias. También se exportaron «POTADAS» de fabada a distintas zonas de España  como Santander, Bilbao, Palma de Mallorca o Barcelona en la época en que en esta ciudad había desfile de modelos que se denominaban «Moda del sol».

Otros platos acreditados eran la la langosta, a tres pesetas la ración y la perdiz con verdura, a 4 pesetas,  allá por el año 1938. Desde su inauguración hasta 1930 no se cobraba ni la sopa ni el pan. Cerró sus puertas el 21 de Junio de 1974.

Fuentes:
Luis Arrones Peón «Hostelería del Viejo Oviedo»
eltesorodeoviedo.es
Imágenes:
La Nueva España: Comer en el Oviedo de antaño.
arquitecturadeoviedo.blogspot: Restaurante Casa Modesta. Calle Jovellanos


Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida.

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LOS LEONES, MOTIVO DECORATIVO.

La presencia de leones en el campo del arte aparece desde muy antiguo y se les considera como símbolo de protección. Este animal representa la fuerza, el buen gobierno, la valentía, etc… y la bola sobre la que apoya sus garras representa al mundo. Decora palacios, monumentos, plazas , fuentes y edificios públicos. Según la mitología egipcia el león es uno de los animales que simboliza el culto solar. Como signo del zodiaco representa al sol en su fase más calurosa (Julio y Agosto). En esta época del año las crecidas del Nilo inundan y fertilizan las tierras. 

En Oviedo también encontramos esculturas urbanas de leones como elemento ornamental. El LEÓN DEL AYUNTAMIENTO, ubicado en la plaza de la Constitución como guardián del edificio, procede de una fuente situada en la misma plaza que por aquel entonces se denominaba Plaza Mayor, documentada desde el siglo XVI. Tenía 4 caños. A ella llegaba el agua de los manantiales del Naranco a través del acueducto de los Pilares. En el siglo XVIII se remodela y el Ayuntamiento encarga al escultor Antonio Fernández  «Tonín» un león de mármol rematándola, para que diese categoría a la fuente situada en la Plaza más importante de la ciudad. La escultura se inauguró en 1804. La fuente fue demolida a mediados del XIX, quedando como único resto este león que hoy contemplamos «protegiendo» la entrada de la casa  Consistorial. 

 Hay otro grupo escultórico con una pareja de leones ubicado en la Plaza de Castilla, en medio de los cuales está esculpido en piedra el escudo de Oviedo. Están realizados en bronce por el escultor Florencio Muñoz de Uribe. Se parecen a los del Congreso de los Diputados, pero de menor tamaño y sin apoyar sus garras en bolas. Fueron un regalo del gobierno militar de Asturias en 1970. El Ministerio del Ejército los cedió a la ciudad para que «sirvieran de ornamento» a la entrada de la autopista. Al año siguiente, siendo alcalde Manuel Álvarez Buylla el Ayuntamiento los colocó en su actual emplazamiento.

Leones Plaza de Castilla. Oviedo

FUENTES:
La Voz de Asturias
vivirasturias.com
elhurgador 
Collettiovor
lascrónicasdethot
Adolfo Casa prima Collera: «Tiempo recordado, tiempo recobrado»Fotos: Wikipedia


Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida