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HUERTO DE LOS JUDÍOS Y FINCA DE LOS HOMBRES BUENOS

Son los nombres del cementerio judío de Oviedo, que según documentos históricos estaba situado en el lugar que hoy ocupa el teatro Campoamor. Una placa colocada en un lateral del edificio atestigua que fue construido siglos más tarde sobre lo que había sido el cementerio judío. El texto escrito en castellano del SIGLO XV, reproduce un documento de compra venta fechado en 1503.

Los judíos llegaron a Asturias en el siglo XI, pero la comunidad ovetense surge en el siglo XIII durante el reinado de Fernando III el Santo que unió definitivamente las coronas de Castilla y León. Las ordenanzas marcaban el espacio que debía ocupar la judería, de la que no han quedado restos materiales. Las viviendas ocuparían más o menos desde Porlier, Cimadevilla, Salsipuedes, Calleja de los Huevos a  Trascorrales y el cementerio fuera del recinto amurallado.  La comunidad tenia dos sinagogas y un rabino. Ejercían profesiones liberales, oficios artesanales y préstamos, que era la actividad principal,  pero con una serie de limitaciones como la prohibición de realizarla durante la noche. Se decía que las tijeras impresas en las banderas de la Cofradía de la Balesquida representaban el homenaje a los alfayates judíos. El obispo Gutierrez de Toledo dictó la pena de excomunión para todo aquel que participase en ritos judíos o conviviera con personas de distinta religión. 

El Ayuntamiento de Oviedo ha señalizado mediante un mapa de esa época, ubicado en cruce de la Plaza Porlier con la calle Mendizábal, los emplazamientos  que son mencionados en la documentación descubierta en los Archivos Municipales

Tras la expulsión decretada por los Reyes Católicos el Concejo se incautó del cementerio que quedó abandonado y ocupado por los vecinos que lo convirtieron en huerto, lo que originó pleitos entre ellos y el Ayuntamiento que reclamaba sus derechos.

Hasta el año 1968 no se reconoció en España la derogación del edicto de expulsión decretado por los Reyes Católicos. 

El Teatro se inauguró en 1892 con el nombre del poeta naviego sugerido por Leopoldo Alas «Clarín», con una ópera del autor judío G. Meyerbe titulada los Hugonotes.
¡De los Hugonotes, 1892, a la Dama del Alba, 2022!

FUENTES:
Sfarad.es
Es.wikipedia
El comercio.es
El blogdeacevedo. blogpost:» La huerta de los judios»
La vozdeasturia.es :» Cuando el Campoamor era un cementerio judío  (12-12-1019)
Imagen Comunidad Judia del Principado de Asturias https://sefarad-asturias.org/la-juderia-oviedo/

Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida


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¿Cómo mitigó Oviedo la sed?

El subsuelo ovetense no dispone del agua suficiente para satisfacer las necesidades de una población en progresivo aumento, ello conllevó durante bastante tiempo una palmaria escasez de este recurso vital. Sinteticemos las cuatro etapas de los principales abastecimientos con las siguientes traídas: Granda de Anillo (siglo IX), Naranco (siglo XVI), Aramo (comienzos del siglo XX) y Nalón (hacia finales del siglo XX).

Trazado del acueducto de La Granda de Anillo.

Cuando el rey Alfonso II el Casto trasladó la corte a Oviedo se preocupó del problema hídrico, hecho recogido en su testamento (año 812), donde se menciona un acquae ductum. El citado acueducto real conducía las aguas que manan en el manantial de La Granda de Anillo ―en San Esteban de las Cruces, cerca del cementerio de San Salvador― hasta el primitivo núcleo urbano a través de arcaduces de alfarería. Se atribuye a su sucesor Alfonso III el Magno la construcción de la fuente de Foncalada ―aunque a tenor de las últimas investigaciones no se descarta un origen tardorromano―, monumento afamado por haber dado la vuelta al mundo en los libros de arte como modelo de arquitectura de utilidad pública.

La icónica fuente de La Foncalada a finales del siglo XIX.

Existe un vacío historiográfico entre la época descrita y el siglo XV, pero cabe sospechar que no hubo actuación alguna de relieve sobre el rudimentario sistema de suministro, que muy probablemente se basaba en algunos manantiales, cuyos caudales apenas serían suficientes para saciar las necesidades vitales e higiénicas de alrededor de sus mil moradores. En los Libros de Acuerdos del Ayuntamiento figuran numerosas sesiones dedicadas a manantiales, fuentes, lavaderos, albercas y encañados, lo que refleja el interés de los munícipes por esta acuciante problemática, aludiendo expresamente a los del Fontán, La Plaza, Cimadevilla, Granda de Anillo, Capitana, Fontica, Las Dueñas y Pando. El siglo XVI puede considerarse como de oro para el agua de Oviedo. En sesiones municipales, celebradas en 1537, se dictó una ordenanza para conducir hasta el centro de la ciudad agua procedente de manantiales ubicados en la vertiente meridional del Monte Naranco (Ules, Boo, Naranco y Fitoria). Las obras se desarrollaron entre 1568 y 1600, siendo el fontanero del reino Gonzalo de la Bárzana quien las finalizó.

Trazado de la traída del Naranco.

Para esta dispendiosa conducción fue necesario levantar un significativo acueducto (“Los Pilares”) de 390 m de longitud con 41 pilastras y sus correspondientes arcos de mampostería y sillería, costeado a base de sisas y arbitrios sobre la sidra y el vino. En la memoria de los carbayones queda el ingrato recuerdo de una decisión municipal en la que se ordenó el derribo de la bella estructura arqueada. Este acontecimiento fue condenado enérgicamente por la ciudadanía que logró retardar el derribo un decenio, momento en que se popularizó la expresión “bárbara piqueta municipal”. Su demolición comenzó en enero de 1915 y de tal tropelía solo se conservan cinco arcos testimoniales.

Los cinco arcos testimoniales del acueducto de Los Pilares.

La progresiva expansión demográfica al comienzo del siglo XX (unos 48.000 vecinos) motivó que se tuviesen que buscar recursos fuera del ámbito concejil. A partir de 1903 el agua de consumo es foránea, utilizándose manantiales de la falda de la sierra del Aramo, a través de una importante obra de ingeniería de unos 90 km, compuesta por una red que recoge las aguas de las fuentes de Llamo, Code, las Arrojinas, Fuentes Calientes y Cortes. Con la entrada en funcionamiento del nuevo túnel del Aramo, el 21 de julio de 1993, se acrecentaron las garantías contra las roturas en la conducción y se aseguró un surtido eficaz. A partir de entonces se produjo un cambio significativo, ya que la población no tuvo que soportar las frecuentes restricciones a las que estuvo sometida.

Desde el año 1982 Oviedo se proveyó también de agua del río Nalón (presa de Tanes), a través de Cadasa (Consorcio para el Abastecimiento de Agua de Asturias); sin embargo, esta solución tiende a ser cada vez me nos prioritario debido a su elevado coste.

Actualmente las posibilidades hídricas ovetenses son suficientes para abastecer a sus 217.500 habitantes y se almacenan en los depósitos del Picayón, El Cristo, Villaperi y Naranco. A estos cabe añadir los nuevos del Cristo de las Cadenas (con una capacidad de 75.000 metros cúbicos)

Una solapa de Manuel Gutiérrez Claverol, directivo de la Sociedad Protectora de La Balesquida.

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EL ARCO DE SAN ISIDORO

Lo podemos contemplar en el campo de San Francisco. Perteneció a la primitiva iglesia románica  de San Isidoro demolida a principios del siglo XX.
Estaba situada en el lugar que hoy ocupa la Plaza del Paraguas y era una de las 3 parroquias más antiguas de Oviedo, detrás de la de San Tirso y San Juan. El derribo se debió al paulatino deterioro en que fue quedando, después de que por decisión del obispado, se trasladase la parroquia al lugar actual, en el año 1770. A partir de aquí, la vieja iglesia que era la parroquia a la que pertenecía el Consistorio quedó abandonada a su suerte y utilizada para diferentes usos que nada tuvieron que ver con el culto. 


La actual iglesia del mismo nombre formó parte del conjunto del colegio de jesuitas de San Matías,  asentado en el mercado cubierto del Fontán. El paraguas, situado en el solar que ocupó la primitiva iglesia de San Isidoro se inauguró el día de San Mateo de 1930 con el objetivo de dar cobijo a la lecheras que vendían allí su mercancía. El diseño se debe al ingeniero Ildefonso Sánchez del Río y su ubicación corresponde a la calle de San Isidoro, ya que el nombre de Plaza del Paraguas con que popularmente la conocemos, no está reconocido como tal en el callejero ovetense.

FUENTE:
.-Carmen Ruiz Tilve. La Nueva España
.-Cosas de la Plaza del Paraguas.  La Nueva España,  18-V-2009
.-Plaza del Paraguas.  Enciclopedia de Oviedo 
.-El comercio 5-6-2011
.-Ana Maria Herrero  Montero: Archivo Municipal de Oviedo. Sanisidoroelreal.es-parroquia 

Imágenes:
.-El arco de San Isidoro de Oviedo. La destrucción del patrimonio monumental ovetense en el primer tercio del siglo XX. Parte I. Ana María Herrero Montero. Archivo Municipal de Oviedo.
.-Desmonte de la Iglesia de San Isidoro. 1922. AMO, Colección Armán. P0114.
.-Desmonte de la Iglesia de San Isidoro. 1922. Biblioteca de Asturias. Fondo Canella. Depósito de la familia Tolivar Alas.



Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida.

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COMER ANTAÑO: CASA MODESTA. Oviedo

Desde tiempo atrás Oviedo tuvo fama de tener bares, cafés, restaurante y sidrerías con solera y su importancia en la vida pública hizo que la fama de algunos traspasase los límites de la ciudad. Uno de estos míticos establecimientos fue el restaurante Casa Modesta, sito en la calle Jovellanos (hoy panadería  Santumedé). 

Casa Modesta se funda en febrero de 1924. Se abrió como sidrería  pero pronto se convirtió en un afamado restaurante de comida tradicional, hasta el punto de que tenía fama de ofrecer «la comida más casera de la ciudad». La fundadora fue Dña. Modesta Norniella Garcia que gozó siempre de una merecida fama como cocinera. Aunque cualquier plato era exquisito, la especialidad de la casa era la fabada, cuya ración en 1930, costaba 1,50 pesetas. A degustarla pasaron por el local personajes importante de cada época: políticos, artistas, toreros y cantantes de ópera, así como los ovetenses de a pie. Se decía que su cocina era la más económica de la ciudad. El tenor italiano Raimondi  fue una noche a cenar fabada y hasta cantó algunas arias de ópera una vez cerrado el establecimiento. No sólo tenía fama en Oviedo y Asturias. También se exportaron «POTADAS» de fabada a distintas zonas de España  como Santander, Bilbao, Palma de Mallorca o Barcelona en la época en que en esta ciudad había desfile de modelos que se denominaban «Moda del sol».

Otros platos acreditados eran la la langosta, a tres pesetas la ración y la perdiz con verdura, a 4 pesetas,  allá por el año 1938. Desde su inauguración hasta 1930 no se cobraba ni la sopa ni el pan. Cerró sus puertas el 21 de Junio de 1974.

Fuentes:
Luis Arrones Peón «Hostelería del Viejo Oviedo»
eltesorodeoviedo.es
Imágenes:
La Nueva España: Comer en el Oviedo de antaño.
arquitecturadeoviedo.blogspot: Restaurante Casa Modesta. Calle Jovellanos


Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida.

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LOS LEONES, MOTIVO DECORATIVO.

La presencia de leones en el campo del arte aparece desde muy antiguo y se les considera como símbolo de protección. Este animal representa la fuerza, el buen gobierno, la valentía, etc… y la bola sobre la que apoya sus garras representa al mundo. Decora palacios, monumentos, plazas , fuentes y edificios públicos. Según la mitología egipcia el león es uno de los animales que simboliza el culto solar. Como signo del zodiaco representa al sol en su fase más calurosa (Julio y Agosto). En esta época del año las crecidas del Nilo inundan y fertilizan las tierras. 

En Oviedo también encontramos esculturas urbanas de leones como elemento ornamental. El LEÓN DEL AYUNTAMIENTO, ubicado en la plaza de la Constitución como guardián del edificio, procede de una fuente situada en la misma plaza que por aquel entonces se denominaba Plaza Mayor, documentada desde el siglo XVI. Tenía 4 caños. A ella llegaba el agua de los manantiales del Naranco a través del acueducto de los Pilares. En el siglo XVIII se remodela y el Ayuntamiento encarga al escultor Antonio Fernández  «Tonín» un león de mármol rematándola, para que diese categoría a la fuente situada en la Plaza más importante de la ciudad. La escultura se inauguró en 1804. La fuente fue demolida a mediados del XIX, quedando como único resto este león que hoy contemplamos «protegiendo» la entrada de la casa  Consistorial. 

 Hay otro grupo escultórico con una pareja de leones ubicado en la Plaza de Castilla, en medio de los cuales está esculpido en piedra el escudo de Oviedo. Están realizados en bronce por el escultor Florencio Muñoz de Uribe. Se parecen a los del Congreso de los Diputados, pero de menor tamaño y sin apoyar sus garras en bolas. Fueron un regalo del gobierno militar de Asturias en 1970. El Ministerio del Ejército los cedió a la ciudad para que «sirvieran de ornamento» a la entrada de la autopista. Al año siguiente, siendo alcalde Manuel Álvarez Buylla el Ayuntamiento los colocó en su actual emplazamiento.

Leones Plaza de Castilla. Oviedo

FUENTES:
La Voz de Asturias
vivirasturias.com
elhurgador 
Collettiovor
lascrónicasdethot
Adolfo Casa prima Collera: «Tiempo recordado, tiempo recobrado»Fotos: Wikipedia


Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida 

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Un recuerdo para el Ideal Rosales en la calle Foncalada, Oviedo.

Su bolera fue escenario de importantes competiciones. Lo mismo ocurría con las partidas de rana o llave, con las veladas de boxeo y sus gallos pelearon con los mejores de la región.  El hecho de tener tantas diversiones atrajo a su vez tertulias de jugadores de mus y peñas de aficionados a los bolos y sobre todo a los amantes de las peleas de gallos.

 En el Ideal Rosales estuvo  instalado el primer edificio social de la Federación  Asturiana de Bolos y el domicilio social de la primera «Agrupación Ovetense de Ranas». A su vez, las competiciones de  «llave» contaron con grandes figuras del momento.

Un atractivo dominguero eran los bailes. Las verbenas se celebraban más esporádicamente, pero ambientadas con profusa iluminación alimentada con farolillos de colores, lo propio de la época.

Desde 1924 y después de pasar muchas vicisitudes inherentes a los tiempos que le tocó vivir, cerró sus puertas el 13 de Junio, festividad de San Antonio.

 Por aquel entonces la tecnología que impera hoy en todos los campos estaba a años luz, pero los ovetenses del pasado siglo no se aburrían,  tenían un gran juego de diversiones para escoger, unas más propias del verano y otras del invierno, pero siempre «había diversiones en cartelera»

Una solapa de Carmen López Villaverde

FUENTE: Luis Arrones Peón «La hostelería del viejo Oviedo»

IMAGEN: Facebook T Oviedo. En la foto, donde está la ropa tendida, estaba ubicada la sidrería-bolera «IDEAL ROSALES»

Sobran los motivos para defender y apoyar la fiesta con más antigüedad de Oviedo.
Asóciate por 10€ aquí» https://martesdecampo.es/asociate/

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NUESTROS GENTILICEOS

Gentilicio es el nombre con el que se designa a los habitantes de un determinado lugar.  La palabra procede del latín y en la antigua Roma hacia referencia a la tribu o linaje al que se pertenecía y acompañaba al nombre de la persona. El gentilicio de los habitantes de Oviedo es el de ovetenses como corresponde al lugar de nacimiento. Sin embargo a los ovetenses también se les asignan otros, basados en la historia de la ciudad, que están considerados como los más curiosos de la Península. Son:

Gatos del Forno
Carbayones

Cada uno tiene su fundamento y están muy vinculados a la vida ciudadana. El primero se remonta al siglo XVI cuando en 1521 el día de Nochebuena un pavoroso incendio provocado por los hornos de pan, destruyó parte de la ciudad, rodeada por la muralla. Por lo que fueron sacados después extramuros, a la Puerta Nueva o zona del Campillín. Los noctámbulos que tras el «toque de queda», tenían las puertas de acceso cerradas se quedaban disfrutando de lo que serian los «botellones»  de entonces, en un lugar nada recomendable, al calor de los hornos de pan, en las frías noches de invierno. De ahí deriva el nombre. Fuera de Oviedo «gato» designa a los nacidos en Madrid, pero su origen es bien distinto. Se dice que proviene de la Reconquista cuando el rey Alfonso VI pone sitio a la ciudad. Uno de los soldados escaló la muralla con tal agilidad que se le comparó con un gato. 

CARBAYÓN, deriva como es sabido, del mítico roble talado el 2 de Octubre de 1878 para abrir la calle de Uría en dirección a la estación del Norte. Una placa conmemorativa en el mismo lugar donde estuvo, sirve de merecido recuerdo. Carbayón, pasó a identificar con los ovetenses un rico dulce de almendra, típico de las confiterías de la capital y los «Gatos del Forno» dieron lugar a un grupo musical.

Las tradiciones son las que nos identifican y marcan las diferencias.


FUENTES:
Carlos López LLaneza, blogpost
El tesoro de oviedo.es
Historia de una calle LNE
Pliegos de Cordel, Carmen Ruiz Tilve


Una solapa de Carmen López Villaverde

 

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CARLOS SIERRA. Pintor

Carlinos es un hombre que acaricia con la mirada. Uno de esos tipos irrepetibles. Aunque nacido en Lieres, por merecimiento propio, ostenta el título, me atrevería a calificarlo de Carbayón de honor. Fuimos vecinos muchos años, Carlos Sierra, tenía su estudio en un piso del Pasaje. Raro era el día que no entraba por la librería a charlar mientras ojeaba algún libro de arte, y cuántas horas consumimos comentando sus pinturas. Siempre fue una persona comprometida con la naturaleza, de ello dan fe preciosos bodegones de hojas, plantas, frutos y flores.

Lo mejor será escuchar sus propias palabras en la entrevista concedida a “La Nueva España” en 1982. “Salgo a pasear por las calles de Oviedo, al amanecer. Camino relajado, dejándome llevar. Me detengo en cualquier esquina, ya no sé dónde estoy. En cualquier callejuela. Niebla sutilizando las líneas de edificios que despiertan sacudiendo las legañas de sus balcones. Vallas de hierro cargadas de gorriones…” Esa es la maravillosa inspiración de este pintor universal.

Carlos Sierra, enamorado de las tradiciones ovetenses, donó a La Sociedad Protectora de la Balesquida, el año 2005, un precioso cuadro que ilustró la portada de aquel año y que hoy mostramos con orgullo en nuestra pinacoteca. Querido Carlos, esperamos verte de nuevo, totalmente recuperado, paseando por Oviedo, charlando con los amigos y, sobremanera, haciéndonos gozar con tu maravillosa pintura.

16/11/2018

Una solapa de Alberto Polledo Arias, directivo de la Sociedad Protectora de la Balesquida.

 

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LAS SALAS DE BAILE DE ANTAÑO

Si echamos la vista atrás y comparamos las diversiones actuales de los ovetenses con las del pasado siglo el contraste es tan grande que parece que no hablamos de la misma ciudad. Si hace poco recordábamos los cines hoy recordaremos otros lugares de diversión que hicieron historia en Oviedo.

Fueron LAS SALAS DE BAILE, muy numerosas tanto dentro como en los alrededores de la ciudad, un aliciente para la juventud de entonces. Las había de diferentes tipos, unas mixtas, como el Pabellón  Bombé, al que le dedicamos una solapa (2-4-2020), donde el espectáculo de cabaré alternaba con el baile.  Otras como el Babel, en la calle Cervantes alternaba los bailes con los combates de boxeo, la lucha libre o las peleas de gallos. También se organizaron allí populares concursos de canción asturiana patrocinados por el desaparecido diario Región.

En 1948 se inauguró en la calle Botas Roldán el Palacete donde los jueves acudían, porque era su día libre, las empleadas de hogar de los domicilios ovetenses, según la costumbre de una sociedad clasista. Un poco más alejado del centro estaba el Gran Casino en el barrio de Teatinos, donde los bailes estaban amenizados por las mejores orquestas regionales como la Negrero de Trubia o la Sicora Boys de Grado por citar 2 de las más destacadas.

En los meses veraniegos la juventud acudía a los merenderos que también ofrecían bailes con música-  disco y las canciones más novedosas, como los Monumentos o las Delicias en la falda del Naranco (solapa del 28-8-2020). Durante las fiestas de San Mateo se improvisaban recintos cubiertos, los entoldado y los centros sociales, como el Automóvil Club, el Centro Asturiano o el Club de Tenis programaba bailes en sus salones.

A las afueras de Oviedo, los tranvías, otro aliciente a añadir, llevaban a los amantes del baile hasta Colloto, Parque era uno de los más destacados. Pero de todos los nombrados como ejemplo y otros que para no alargar se quedan en el tintero, destacó entre los años 50 y 60 los Jardines de la Herradura en el campo San Francisco, plato fuerte de las fiestas mateinas (solapa 21-8-2020).       

Los bajos del Campoamor y Filarmónica o sala Alaska fueron 2 escenarios donde el aforo quedaba completo sobre todo si actuaba algún cantante de moda como ocurrió con el venezolano maestro de boleros, Lorenzo González, en la sala Alaska.           

Como los tiempos cambian fueron apareciendo nuevas salas con aires más modernos como el Ritmo Club en la calle Caveda. Los guateques, las boites, los pubs y las modernas salas dejaron paso a lo que la juventud fue pidiendo. El Canary en Foncalada, Estilo en Pumarín y la Moncloa en la calle Covadonga son los locales que cerraron una etapa más de las que vivieron los ovetenses.

FUENTES:  El blog de Acevedo: «El disfrute de las pequeñas cosas» 
LNE          

Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida.                        

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NOCHE DE SAN JUAN ¡FIESTA DE BIENVENIDA AL VERANO!

La celebración de la noche de San Juan, cargada de magia y simbolismo tiene raíces paganas, está ligada al culto al sol, al recogimiento de las cosechas y al encendido de hogueras que simbolizan un elemento purificador y con cuyo ritual se decía que se daba fuerza al Sol, renovaba las energías,  posibilitaba las buenas cosechas, el amor verdadero,  los embarazos y la prosperidad.          

Sus orígenes son muy antiguos. Cuando los hombres se regían por el horario del sol se dieron cuenta de que el astro rey a lo largo del año perdía fuerza y los días se acortaban.  Para no quedar a obscuras comenzaron a hacer rituales en la época en que el sol volvía a brillar con fuerza. Con la llegada del cristianismo, la noche de San Juan  perdió su carácter mágico y adoptó un nuevo significado. Según los textos sagrados Zacarías,  padre de San Juan,  mandó encender una hoguera para avisar a los familiares del nacimiento  de su hijo.           

Esta fiesta, coincidente con el solsticio de verano se celebra en España, Portugal y otros países de Europa, sobre todo en los nórdicos.  Sobre ella hay muchas Interpretaciones y debates según se refiera a la noche astronómica, que según el calendario gregoriano, el solsticio de verano en el hemisferio norte, ocurre entre el 21, y el 22 de Junio. Si se celebra con arreglo a la fiesta cristiana surge otra discrepancia sobre si la noche es la que transcurre entre el 23 y el 24 o si debe ser la noche del 24 cuando finaliza el día. Así que según estas Interpretaciones cada lugar la celebra a su entender. Pero todos comparten tradiciones y costumbres: hogueras en calles, plazas y playas porque el fuego además de un elemento purificador es también el triunfo de la luz sobre la obscuridad. Los rituales se apoyan en 3 elementos:

El fuego purificador saltando las llamas.

El agua proporciona salud y fertilidad saltando 9 olas de espalda.

Las hierbas medicinales como el tomillo y el romero, refuerzan sus propiedades curativas.        

A nivel histórico este evento se ha celebrado en todas las culturas a lo largo del tiempo. Las tribus germanas y las celtas con danzas y cantos alrededor de la hoguera. En otros lugares bañándose en el río para atraer la lluvia al campo. Hay rituales y conjuros de todo tipo, para invocar la buena  suerte, la salud… y además «quemar» todo aquello que se quiera dejar atrás.

En el territorio español es común el encendido de las hogueras y el salto a las mismas. En Asturias las hogueras se encienden en distintos lugares de las ciudades y pueblos y en las playas, acompañándose de festivales  musicales y fuegos artificiales. ¡El triunfo  de la luz sobre la obscuridad!


Una solapa de Carmen López Villaverde, directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida

Imagen: El Comercio