Un Oviedo en la solapa en memoria de Alberto Polledo

NARANCO, LA CUESTA, PICU PAISANO

No sé a ustedes, a mí, quizás conserve el espíritu de la niñez, me gusta creer en todas las leyendas y supersticiones que se ha forjado la humanidad. Una de ellas es la relativa al origen del monte Naranco. En la noche de los tiempos era señor de las Asturias y llamábase “Noraco”, un vigoroso gigante que, sin aparente esfuerzo, arrancaba de cuajo corpulentos robles y encinas; aplastaba montañas con su pesada maza o las empujaba una sobre otra sin el más mínimo esfuerzo de su robusto brazo. A su muerte quisieron sus vasallos rendirle el mejor homenaje con una tumba digna de su grandeza. Arrojaron sobre su cadáver tal abundancia de piedras, que por si solas constituyeron una gran pirámide, origen de la actual cuesta de Naranco cuya estructura embellece la ciudad y nos libra de los fríos vientos norteños. ¿Habrá existido “Noraco”? Estoy seguro que sí, a ustedes no le veo muy convencidos.

Alberto Polledo Arias

Imagen: hablemosdemitologias.com